Las investigaciones espectroscópicas junto a las observaciones visuales parecen indicar una carencia de envoltura gaseosa. Por lo tanto, el espectro de la luz de Mercurio, idéntico al del Sol, esta indicando que es simplemente la luz solar reflejada en el planeta, que no ha atravesado ninguna nueva gaseosa. La falta de luces crepusculares en los límites de las fases corrobora lo anterior. Inclusive la coincidencia del albedo de este planeta con el de la Luna parece indicar que la reflexión de la luz se produce como en nuestro satélite, sin la intervención de atmosfera.
Sin embargo ciertos fenómenos, observados por schiaparelli, permiten suponer que existen como velos flotando sobre la superficie de Mercurio que indicarían la presencia por lo menos de una débil envolvente gaseosa. Como la inexistencia de agua y de vapor de agua es un hecho comprobado, no puede admitirse la presencia de nubes de ahí que los astrónomos que creen haber observado esos “velos” los atribuyen a un material pulverulento, muy fino, flotando en una atmosfera enrarecida.
De todos modos, si bien no sabemos con certeza si existe o no la capa gaseosa en Mercurio, se puede asegurar que si existiera, seria una envoltura sumamente enrarecida que no constituiría realmente una atmósfera.
¿Agua en Mercurio?
Podría ser que Mercurio no posea agua bajo ninguna circunstancia, ya que tiene una atmosfera muy tenue y cálida durante el día, algunos científicos hicieron algunas pruebas y detectaron un retorno brillante muy inusual. Este brillo podría ser que hubiera hielo en Mercurio, debido a su rotación, que es casi perpendicular al plano orbital, el polo norte siempre ve al sol por debajo del horizonte. Estos depósitos de hielo podrían estar cubiertos por una capa de polvo.
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